Fueron momentos duros y, en mayor o menor escala, lo siguen siendo. La tormenta no terminó de pasar, pero empezamos a ver algunos matices de colores en el horizonte.
En este contexto de crisis sin precedentes sentimos un gran orgullo por nuestra industria: nuevamente quedó demostrada la resiliencia del sector maderero.
La mayor crisis en los últimos 50 años para nuestro sector pudo ser afrontada, y aún continuamos haciéndolo, gracias a la unión de los distintos jugadores sectoriales.
La situación es compleja. En el inicio del 2020 nos encontrábamos con niveles de producción similares a los del año 2004 según datos del INDEC, e incluso el sector de muebles registraba un 8% menos que ese año.
La pandemia nos encontró en una situación crítica y en nuestro relevamiento realizado en abril la mayoría de las empresas registraba caídas de ventas de hasta el 70 por ciento.
Con la reapertura de actividades esta situación comenzó a cambiar y llegamos a un contexto actual que está marcado, para nuestro sector, por una economía a dos velocidades: casi el 50% de las empresas tiene ventas mayores a las del comienzo del año que coinciden principalmente con las empresas del interior, pero un 41% registra ventas menores a las de los inicios del ciclo.
Estamos frente a una incógnita que nos mantiene alertas: el shock de ventas que se está viviendo, esta especie de reactivación que se da en algunos sectores, ¿es temporario o permanente? .
Como sector necesitamos seguir trabajando para garantizar la sostenibilidad del shock mientras auxiliamos a las que continúan fuertemente afectadas.
Sabemos que, aún con este repunte de ventas, no debemos dejar de remarcar algo importante: la recuperación nos deja en niveles similares a los de 15 años atrás.
Tenemos un largo camino por delante para recuperar el dinamismo y el sector. Este será uno de los ejes de mi gestión al frente de FAIMA.
Entre todos y gracias al diálogo fluido arrojamos mayor luz a una necesidad compartida: la búsqueda conjunta de medidas que apunten a políticas que garanticen y promuevan que las empresas del sector continúen operando, invirtiendo e impulsen el empleo.
En este sentido la construcción con madera y la administración del comercio son condición necesaria para el desarrollo sectorial.
Por Román Queiroz (*)
(*) Presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines
@romanqueiroz.
Fuente: Agencia Noticias Argentinas, publicado el 23 de agosto de 2020
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