Desde el año pasado la sucursal de la firma argentina tiene inconvenientes para pagar el alquiler del local lindante a la Biblioteca Popular de Posadas, propiedad de la misma. A principios de agosto abonaron casi 250 mil pesos, correspondiente a un solo mes, pero aún restan 7 meses, lo que se traduce en un monto superior a los 1.500 millones de pesos.
“Lamentablemente no hay ninguna novedad. No pagaron ni un centavo”, contó Laura Abián, miembro del equipo de trabajo. A inicios de este mes los trabajadores de la Biblioteca Popular de Posadas, mediante un comunicado oficial, anunciaron que la institución se encuentra en “estado de emergencia económica” debido al incumplimiento del pago del alquiler del local que tienen al lado, sobre calle Córdoba, a nombre de la firma Minicuotas Ribeiro.
Desde el 2018 que acarrean diversos inconvenientes para abonar el alquiler del espacio, llegando a una suma total superior a los 1.500 millones de pesos. Sin más remedio, desde la Biblioteca no tuvieron más opción que recurrir a la exposición pública del caso, hecho gracias al cual a principios de agosto recibieron el dinero correspondiente a un mes.
Saldada la deuda que data desde febrero, de unos 240 mil pesos aproximadamente, aún resta el saldo de los meses marzo, abril, mayo, junio, julio y el corriente. En ese entonces Misiones Online consultó con Marcos Temperley, gerente general de la sucursal, sobre el tema pero este aseguró que no tenía injerencia en la cuestión, sino que se encargaban de ello desde Buenos Aires.
La Biblioteca Popular de Posadas en crisis
Según manifestaron los mismos trabajadores, “los bibliotecarios tienen estudios universitarios, son personal capacitado y que se forman de manera permanente en sus áreas específicas. Son referentes locales de sus áreas de desempeño como ser preservación y conservación, historia local y regional, audiovisual y literatura infantil. Son grandes lectores y personas inquietas que aman los libros y las buenas historias; les gusta compartir y recomendar a los socios el fondo bibliográfico y cuánta expresión de la cultura los haya conmovido”.
Y continuaron: “Somos trabajadores de la cultura. Cobramos nuestros sueldos en blanco y acorde a derecho, por lo que el no cumplimiento en tiempo y forma del contrato de alquiler por parte de la empresa Minicuotas Ribeiro atenta contra los derechos laborales”. Cabe destacar que, por la misma situación, aún no cobran el aguinaldo.
El futuro laboral es incierto. Junto a la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular de Posadas sostienen y apuestan a la institución como aquella que permite la democratización del acceso de los bienes culturales. “La cultura para todos, siempre. Tal cual lo sostuvieron nuestros fundadores, una biblioteca verdaderamente popular, una biblioteca para el pueblo”, señalaron.
Recibieron una intimación desde Samsa por deudas en el pago del servicio.
“No estamos pidiendo limosna ni ayuda económica, el alquiler del local comercial es una fuente de ingresos legítima que permite la autogestión de nuestra institución. Nada más”, reiteraron respecto a la problemática que padecen desde hace ya dos años, entre idas y vueltas.
Norma Wionczak, otra de las integrantes del equipo de trabajo en la Biblioteca Popular, había manifestado además que toda esta situación crítica “está perjudicando al personal de la Biblioteca Popular y a su funcionamiento normal. Hace poco nos cortaron el agua porque, por contrato, los inquilinos lo pagan. Desde Samsa nos mandaron una carta de intimación”.
Consultada sobre un posible desalojo, precisó que esa decisión dependerá de las autoridades de la institución. “Nos deben aguinaldo, no se están pagando cargas sociales ni sindicato, lo único que se paga es la cobertura médica para que no quedemos descubiertos en salud. Hay cinco familias que dependen de este sueldo y nos preocupa de sobremanera. Es algo desesperante”, expresó.
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