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Con 10 argumentos, médicos misioneros descartan que el dióxido de cloro cure el Covid-19

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dióxido de cloro

A raíz de las noticias que trascendieron en los últimos días respecto al consumo de dióxido de cloro como aparente cura para el coronavirus, dos profesionales misioneros se vieron en la necesidad de desmentir este mito para que la comunidad tome conocimiento acerca de la peligrosidad que acarrea, ya que, por el contrario, se trata de una sustancia nociva. Juan Ignacio y Rodrigo Nicolás Veller son hermanos y son médicos, ambos de Misiones. Juan cursa el último tramo de su especialización en cardiología, mientras que Rodrigo es especialista en nefrología, medicina interna y de Salud.


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Los defensores del dióxido de cloro suelen referirse a él como la “sustancia milagrosa”, atribuyéndole poderes mágicos, 100% de efectividad y 0% de efectos adversos para una decena de enfermedades, no solamente frente al Covid-19. Lo preocupante no es únicamente la falta de conocimiento que existe, según precisaron, sino lo rápido que se expanden las ‘desinformaciones’. 

 

Es por eso que decidieron investigar cada uno de los argumentos que exponen aquellos que consumen, lucran o simplemente difunden esta sustancia y encontraron que la mayoría son simplemente mentiras. Sin embargo, algunas son “verdades parciales” utilizadas para desinformar.

 

dióxido de cloro

 

Aquí los 10 principales mitos que existen sobre el dióxido de cloro

 

1. Existen gran cantidad de estudios que “comprueban” que el dióxido de cloro es beneficioso

 

Esta primera mentira es una de las más difundidas: para que un medicamento sea utilizado debe pasar durante años rigurosos estudios realizados con controles sumamente estrictos, donde a miles de personas enfermas de una patología determinada (supongamos insuficiencia cardiaca) se le administra una medicación y a otros miles (también enfermas de insuficiencia cardiaca), no. 

 

Como ambos grupos de personas presentan características muy similares, si el grupo de personas que recibió la medicación obtiene algún beneficio por sobre el grupo que no, se dice que ese medicamento es efectivo para, por ejemplo, disminuir la recurrencia de internaciones, la mortalidad o cualquier otro punto estudiado.   


2. Es una sustancia que no posee ningún efecto adverso por eso todo el mundo puede tomarla

 

Esta es una de las falacias más grandes que podemos leer, ya que no existe sustancia que no sea tóxica, de hecho el agua puede ser tóxica, solo depende de la cantidad que tomemos. En el caso del dióxido de cloro, resulta tan tóxico que incluso dosis pequeñas pueden intoxicar y generar efectos secundarios que ya fueron comprobados como, por ejemplo, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, daño renal, cardiaco, etc. 

 

Es por ello que su uso en dosis muy pequeñas se encuentra estrictamente regulado en la potabilización del agua en algunos países.


3. Se usa el dióxido de cloro hace más de 50 años, por eso es seguro

 

Nuevamente, nos encontramos con una verdad a medias. Es cierto, el dióxido de cloro se conoce hace muchísimo tiempo, sin embargo se lo utiliza (y es muy efectivo) para destruir virus, bacterias, hongos, parásitos, pero en superficies de laboratorio, no en seres humanos. 

 

El dióxido de cloro no tiene la posibilidad de distinguir entre las células “buenas” de nuestro organismo y las “malas”: destruye todo por igual, por eso es tóxico. Incluso destruye bacterias que nos ayudan y pertenecen a la flora normal del organismo, y al destruirlas quedamos expuestos a que otros patógenos nos invadan y provoquen enfermedades. 


4. Si es tan tóxico, ¿por qué se utiliza para desinfectar la sangre?

 

En nuestro canal de YouTube (Dr Veller) dedicamos una clase entera a explicar la cantidad de evidencia que hemos revisado sobre esta afirmación, sin embargo no nos quedamos con eso, sino que revisamos decenas de artículos sobre hematología y por último hablamos con colegas especialistas en dicha rama y de la hemoterapia tanto de Brasil como de Argentina. 

 

El dióxido de cloro no se utiliza para desinfectar la sangre que luego se va a transfundir, esto no ocurre; no lo decimos nosotros, sino que lo dicen los expertos médicos e incluso las múltiples guías y artículos nacionales e internacionales.


5. ¿Por qué no sirve si la gente se está curando?

 

Aquellos que afirman esto dicen que conocen a un familiar, vecino o amigo que se curó de Covid-19 gracias al dióxido de cloro. En medicina sabemos que al menos el 80% de las personas se van a curar del coronavirus y, en algunos casos, ni siquiera van a presentar algún síntoma. 

 

Este dato surge a partir de que nuestro sistema inmune combate y vence al virus en 8 de cada 10 personas (sobre todo jóvenes y sin factores de riesgo). Ahora, imagínense administrar dióxido de cloro a 10 personas y decir que 8 de ellas se curaron por la ingesta del mismo: es exactamente lo que hacen los defensores de este “elixir mágico”. Atribuyen la “curación” a este gas cuando en realidad fue nuestro propio sistema inmune.  


6. No hay registros de la toxicidad del dióxido de cloro

 

Esto es muy fácil de comprobar. Simplemente ingresamos a un buscador de estudios médicos (Ej.: PubMed) y coloquemos (en inglés), por ejemplo, “toxicidad”, “daño cardiaco”, “renal”, etcétera, por dióxido de cloro. Pueden leer un sinfín de artículos que avalan lo falso de esta última afirmación. 


7. El dióxido de cloro cura todo tipo de enfermedades como cáncer, diabetes, Parkinson, HIV, autismo, etc.

 

Aquí podemos observar el desconocimiento que existe sobre el funcionamiento del organismo. Pongamos dos ejemplos claros:

 

a. Diabetes: este síndrome ocurre por destrucción de las células del páncreas que generan la insulina, o porque esta última no funciona correctamente. Según los defensores de esta sustancia el dióxido de cloro “curaría” la diabetes, es decir regenerar las células del páncreas e incluso haría que la insulina, que no funciona correctamente porque no ingresa a las células, lo haga. Sin embargo, por otro lado, dicen exactamente lo opuesto en relación al cáncer.

 

b. Cáncer: es una patología donde en general, ocurre una mutación celular que lleva a la multiplicación anómala y descontrolada de las células. En este caso, la “pócima mágica” mataría estas células y nos “curaría” del cáncer (“cualquier cáncer”).

 

No podemos imaginar una sustancia que “sepa” que debe regenerar las células del páncreas, destruir las de “cualquier cáncer” y no dañar a nuestras células “normales”. Lo que es peor, es increíble que realice todas estas funciones con dos átomos de oxígeno y uno de cloro. Y sólo dimos dos ejemplos de las decenas de enfermedades que curaría con 100% de efectividad y 0% de efectos secundarios.


8. El dióxido de cloro oxigena la sangre

 

Falso. El dióxido de cloro ingresa a nuestro organismo, en este caso por vía gastrointestinal, y una vez en la sangre se disocia en sustancias muy similares a la lejía y no a oxígeno, tal como postulan quienes creen en ella. Si quisiéramos oxigenar al organismo, debemos administrar oxígeno por vía respiratoria. Es el pulmón, en conjunto con el sistema circulatorio y sanguíneo, los que permiten el ingreso y transporte de oxígeno a los tejidos. 


9. El dióxido de cloro no es lejía (líquido corrosivo)

 

Este es uno de los argumentos que más incomoda a quienes consideran el uso del líquido blanqueador de papel y limpiador de superficies como “el descubrimiento del siglo” que salvará a la humanidad. Es cierto, el dióxido de cloro es un gas distinto a la lejía, pero en nuestro organismo se disocia a especies oxidantes dañinas, elementos muy similares a la lejía. 


10. El mundo médico no quiere perder su trabajo y por eso no dicen la verdad sobre el dióxido de cloro 

 

No creemos que exista un médico en el mundo, con vocación, que no quiera una cura para todas las patologías que no podemos tratar. Es más, si en el futuro se publican estudios que demuestran con la metodología correcta que el dióxido de cloro es efectivo para tratar cualquier enfermedad, así lo diríamos. Nuestro compromiso es con la verdad y con la lucha contra la otra pandemia, la de la desinformación

 


La pandemia de la desinformación sobre el dióxido de cloro

 

Tanto el médico Rodrigo Veller (CRM-RS 39189) como Juan Veller (MN 161493), coinciden en que el mayor problema no es solamente el dióxido de cloro como tal, sino la desinformación que existe en la actualidad y que, sin respaldo alguno, se difunde como apto para el consumo, como si se tratara de un medicamento.

 

dióxido de cloro

Juan Ignacio Veller.

 

El dióxido de cloro no sirve para prevenir ni tratar ninguna enfermedad, solo crea una falsa sensación de protección que puede poner en riesgo lo más efectivo que tenemos hasta ahora: el lavado de manos y distancia social. 

 

dióxido de cloro

Rodrigo Nicolás Veller.


 

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