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En la frontera de Misiones con Brasil apuestan a la integración para salir adelante en la pospandemia

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La potencialidad de Misiones en la frontera con Paraguay y Brasil no deja de sorprender y despunta ahora con el Paseo Costanero de Integración en San Antonio que –en medio de la pandemia que aflige al mundo– mira no solo al día después sino a los tiempos que se avecinan.


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El Paseo Costanero de Integración ya cuenta con financiamiento en Brasil de las veredas, bicisendas, bordes de contención de lagos, mobiliario urbano y parquizado. En las dos riberas. A la Argentina le compete construir el anfiteatro que completa el abrazo de amistad.

 

La obra beneficia a unas 30.000 personas, la mayoría de ellas en Santo Antonio y el resto residentes en la municipalidad argentina. En las dos orillas, como en espejo, porque tendrán el mismo diseño y tecnología, a lo largo de 1,5 kilómetros construirán calzadas, ciclovías, miradores, decks de descanso, miradores, lagos, academias al aire libre, mobiliario urbano (bancos, basureros, baños públicos) e iluminación.

 

 

Cambiamos el concepto de límite por el de lugar y espacio común”, dijo Raquel Voll Carvalho Schwab, presidente de Ascoagrin (Associação Empresarial da Fronteira), y directora de Cultura y Comunicación de La Frontera. El anfiteatro del lado argentino será el escenario de la Fiesta de la Amistad que cada año se realiza en el mes de noviembre.

 

Minimizar la crisis y motivar al empresariado”, es la consigna de este paseo –una suerte de avenida parque a ambas orillas del río San Antonio- comentó a Misiones Online el arquitecto Diego A. Giménez.

 

Desde San Antonio, hasta desembocar en el Iguazú, el río del mismo nombre cubre 153,3 kilómetros de frontera. Desde esta ciudad y la vecina brasileña Santo Antonio hacia el sur, hay unos 24 kilómetros de frontera seca. Únicos en todo el entorno de Misiones.

 

 

El eje del proyecto –algo parecido a lo que se hizo por la integración en Bernardo de Irigoyen– suma casi 6 kilómetros entre los sectores urbano, recreativo y deportivo.

 

La zona tiene aristas de interés donde sobresalen la aventura, la mixtura cultura de los pueblos y las corrientes migratorias, el paisaje cautivante de la selva y un atractivo turístico indudable. Esta zona, de por sí, tiene misterio y una peculiaridad. Está a un paso de Irigoyen, el punto más al noreste de la Argentina continental.

 

Los municipios de San Antonio, en suelo misionero de la Argentina, y el de Santo Antonio, en Brasil, sumaron un trabajo común que es motorizado por el grupo La Frontera Brasil/Argentina. La pandemia los encontró trabajando y ellos no pararon.

 

El arquitecto Giménez integra por el lado argentino, el Comité de Desarrollo Territorial de las Micro y Pequeñas Empresas (La Frontera Brasil/Argentina) –Comitê de Desenvolvimento Territorial das Micro e Pequenas Empresas– que estudian formas y plataforma para achicar la crisis y agrandar las perspectivas de crecimiento.

 

 

El Grupo La Frontera es parte a su vez del Sebrae. Antes de esta iniciativa, en la región sudoeste de Paraná, actuaron sobre la economía de la Triple Frontera. Se refiere al punto tripartito de la ciudad argentina de Bernardo de Irigoyen con los dos municipios fronterizos Barracão (estado de Paraná) y Dionisio Cerqueira (Santa Catarina).

 

Talita Casagrande, presidenta de la La Frontera (el grupo binacional mencionado, de líderes del sector público y del privado) señaló que están pensando acciones macroeconómicas “pensando en período de la pos-pandemia”.

 

Estamos elaborando un protocolo sanitario binacional, juntamente con el CIF (Consorcio Intermunicipal de Fronera), el Mercosur (Mercado Común de Sur) y las asociaciones empresarias. Hemos recibido asesoría y estudiamos la posibilidad de aplicar un modelo que están aplicando en la Unión Europea, previendo posibilidades comerciales con seguridad sanitaria”.

 

Al mismo tiempo, La Frontera trabaja en aspectos como la movilización social a través de las redes sociales para que las medidas preventivas sean cumplidas y también para rescatar la historia de la frontera.

 

Nacido en San Antonio, el arquitecto Giménez es hijo de un antiguo funcionario de tierras, señaló que “la frontera es siempre vista como un territorio de contrabando, drogas, pasaje de armas. Hay irregularidades, no hay duda, pero hay cosas importantes que se hacen ahora como grupo”.

 

Mencionó la movilidad tradicional en la frontera, comercial, de amistad y también familiar. Lejos del temor de la porosidad fronteriza que a menudo es traspasada por el delito, Giménez sostiene que esta obra –“una plaza parque”- permitirá un mayor control en el límite de los dos países.

 

 

El río San Antonio nace a unos 5 kilómetros de las ciudades fronterizas. El Paseo Costanero de Integración arranca en esas nacientes, en una zona rural, donde se plantea un “paseo más ambiental, recorrido de la zona, caminatas por el monte sobre todo del lado argentino”.

 

Giménez señaló que ya en la zona urbana de las dos ciudades, desde la Aduana hacia la naciente del río, en unos 1.500 metros, trabajarán en el diseño del sendero “plaza” entre los dos países.

 

En la primera etapa trabajarán sobre esa zona urbana común, en base a una idea nacida en la Fiesta de la Amistad que ambos pueblos hermanados celebran desde hace 60 años, turnándose las sedes a uno y otro lado de la frontera.
Habrá un anfiteatro en una zona donde el San Antonio es muy estrecho y no supera los 8 metros de ancho. “El concepto principal es el anfiteatro que a modo de abrazo, será el punto de partida de senderos peatonales y puentes que -a modo de abrazo- se unen a Brasil”.

 

Todo el proyecto tiene toda una senda peatonal para recorrer los dos lados, en bicicleta, caminando, con miradores, confluyendo hacia el anfiteatro. Habrá una integración tal, que en ambos lados tendrán el mismo diseño y mobiliario urbano.

 

Habrá zona de lagos, en las zonas de ensanche del cauce, que se inundan y desbordan cuando crece el río San Antonio anegando barrios de ambas orillas. “Serán lagos de contención del río para que no se inunden más los barrios costeros, con lo que logramos mejorar físicamente el lugar, integrarnos con Brasil social y físicamente y mejorar el ambiente donde siempre se producen inundaciones”, explicó a MisionesOnline.

 

Más allá, hacia la desembocadura del San Antonio –en sentido norte– del lado brasileño ya no se podrá avanzar con el proyecto porque las viviendas están prácticamente sobre el río.

 

Lo notable de la iniciativa es que, salvo el anfiteatro que estará a cargo de la Argentina y, por lo tanto de Misiones y del municipio argentino, el resto del proyecto ya tiene financiamiento. El anfiteatro que abraza a los dos países en esta frontera noreste será el escenario que completará el largo parque “plaza” donde se realizarán actividades comunes a ambas comunidades, en especial la Fiesta de la Amistad, en noviembre de cada año.

 

Por Patricio Downes

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