Con la excusa del coronavirus y gracias a un polémico fallo de la Cámara de Casación bonaerense, más de mil delincuentes condenados salieron de la cárcel y hay otro grupo importante de reclusos que presentó recursos con el objetivo de recuperar la libertad o al menos ser beneficiados con prisión domiciliaria.
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La liberación de presos generó un rechazo generalizado de la sociedad y en redes sociales ya convocaron a un cacerolazo nacional para mañana, jueves, a las 18. Mientras tanto, continúa aumentando la cantidad de personas que reciben permisos especiales para salir de sus calabozos.
Hasta el momento, en la provincia de Buenos Aires se concedió la excarcelación de un número estimado de 1.400 detenidos alojados en prisiones y comisarías, según fuentes de la Procuración bonaerense consultadas por Infobae. Si se tiene en cuenta que hasta el 22 de abril la cifra ascendía a 800, el número se duplicó en un lapso de siete días.
A la par, están vigentes pedidos individuales de otros 1.300 presos. Hasta la semana pasada, había 2.600 presentados, con nueve hábeas corpus colectivos, de acuerdo a las mismas fuentes consultadas.
Mientras tanto, en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal, 320 detenidos dejaron los penales bajo distintos tipos de modalidades, la mayoría de ellos en arresto domiciliario.
Si bien no existe un registro unificado, al sumar los casos relevados por este medio se concluye que con la excusa del COVID-19 salieron de la cárcel 1.700 presos. Y hay otros 1.300 que esperan un beneficio similar.
El Servicio Penitenciario Bonaerense había mensurado su población vulnerable al coronavirus al comienzo de la pandemia: 644 detenidos de más de 65 años y casi 2.500 enfermos con diversas patologías. 233 de ellos estaban diagnosticados con tuberculosis, una enfermedad altamente infecciosa. Otros 476 detenidos y detenidas padecían HIV. En los listados había 54 madres con chicos y 22 embarazadas.
Esas nóminas fueron confeccionadas inicialmentemente en el marco del hábeas corpus colectivo que presentaron las 19 defensorías generales de la Nación. En esa mesa de negociación participó el Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, que impulsó la liberación de presos, según reconoció el juez de Casación bonaerense Víctor Violini en una sentencia.
Sin embargo, hubo planteos particulares anteriores, como fue el caso del violador Pedro Olmos, que consiguió un arresto domiciliario a metros de donde vive su víctima, y que no formaron parte de ese pedido colectivo. Tanto esa decisión como la de Casación bonaerense para flexibilizar las detenciones en la provincia fueron apeladas por el fiscal Carlos Altuve ante la Suprema Corte bonaerense. Todavía no se concedió el recurso; mientras tanto, los presos siguen pidiendo salir.
El Servicio Penitenciario Federal
Los pedidos de detenidos por el coronavirus fueron hechos en todos los ámbitos judiciales. Los presos por causas de corrupción, secuestros, drogas o lesa humanidad, arrestados en cárceles del SPF, fueron a los tribunales federales. Allí la Cámara de Casación Federal había bajado lineamientos restrictivos para que se habiliten las prisiones domiciliarias, con mecanismos de control y monitoreo, para un grupo de detenidos en el marco de la pandemia por el coronavirus. En ese grupo incluyó a los detenidos por delitos leves o “no violentos”, a las mujeres embarazadas o con niños, a los que estén a punto de tener salidas transitorias y a los mayores de 60 años con riesgos de salud. También sumó a los detenidos por delitos graves, aunque se recomendó evaluar la situación “con extrema prudencia y carácter sumamente restrictivo”.
En las cárceles federales, la realidad también es distinta a la que se vive en los penales bonaerenses. En el escenario de coronavirus, el Servicio Penitenciario Federal dejó de tener sobrepoblación y hasta tiene algunas plazas disponibles.
Uno de los casos emblemáticos de la Justicia Federal es el de Amado Boudou. El ex vicepresidente fue considerado un paciente de riesgo y fue beneficiado con domiciliaria. El magistrado que intervino en ese caso hoy volvió a tomar una decisión polémica que tuvo como protagonista a un represor que ofició de partero en la ESMA.
La Secretaría de Derechos Humanos intentó también incluir a Ricardo Jaime en el grupo de los reclusos que recuperaron su libertad. Sin embargo, la Sala III de Casación se opuso al planteo. Pese a ello, el presidente Alberto Fernández respaldó al funcionario que intentó ayudar al ex secretario de Transporte kirchnerista.
Lo excarcelaron ayer y hoy volvió a robar: el oficio que lo liberó detalla que el hombre no tiene hogar
Federico Benvenuto, de 34 años, fue uno de los 1.700 presos que con la excusa del coronavirus ya recibieron el beneficio de la prisión domiciliaria y dejaron temporalmente las unidades penitenciarias. Ayer salió de la cárcel de Marcos Paz. Su tiempo fuera de las celdas, sin embargo, fue efímero. Esta tarde, la Policía de la Ciudad lo encontró robando un comercio de Almagro y lo detuvo.
Apenas unas horas después de que la Sala III de Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional aprobase su salida de la Unidad 2 del penal bonaerense, Benvenuto volvió a delinquir. Cerca de las 16.20 de hoy, entró a una heladería de avenida Rivadavia y se llevó la recaudación del día, $ 620.
Minutos más tarde, dos efectivos de la fuerza porteña que circulaban por la zona observaron al delincuente correr entre los peatones, dándoles empujones, lo cual les llamó la atención. Los oficiales lo persiguieron y lo alcanzaron en la intersección de las calles Yatay y Lezica.
La sorpresa llegó al momento de identificarlo: los oficiales encontraron en uno de sus bolsillos un oficio donde figuraba que ayer había sido liberado de la cárcel de Marcos Paz por el Tribunal de Casación.
Al consultarle por esto, Benvenuto increpó a los uniformados, y aseguró que le habían dado la libertad para evitar la propagación de la pandemia del COVID-19. Mientras era arrestado, el detenido gritaba de forma irónica: “Qué me importa que me lleven preso, ayer salí del penal de Marcos Paz por el coronavirus. Llevame, igual mañana me voy de nuevo”.
Por el momento, se desconoce el motivo preciso por el que la Justicia le concedió el beneficio a Benvenuto. El delincuente no supera la edad de riesgo, ya que tiene apenas 34 años, por lo que la posibilidad más concreta es que haya acusado algún tipo de enfermedad preexistente.
Según comunicaron fuentes policiales a Infobae, Benvenuto cumplía una pena junto a otro grupo, que también habría sido liberado por la misma razón, por robo en poblado y en banda. El historial delictivo del ladrón es abultado: entre sus antecedentes figuran más de 15 causas, varias de ellas por robo a mano armada y lesiones.
El caso quedó bajo la tutela del Juzgado Criminal y Correccional Nº 57, a cargo de la doctora Fabiana Galletti, y la Secretaría Nº 61 del doctor Osvaldo Vázquez. Benvenuto fue trasladado a la comisaría de la zona, donde quedó alojado a la espera de las actuaciones judiciales de rigor.
Con la excusa del coronavirus y gracias a un polémico fallo de la Cámara de Casación bonaerense, más de mil delincuentes condenados salieron de la cárcel y hay otro grupo importante de reclusos que presentó recursos con el objetivo de recuperar la libertad o al menos ser beneficiados con prisión domiciliaria y dejar sus calabozos, como en el caso de Benvenuto.
DL / Infobae
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