1*Por Emilio Juri, periodista de Misiones Online
El presidente que aseguraba que terminar con la inflación era la cosa más sencilla del mundo terminó su mandato con el registro de aumento de precios más alto de los últimos 28 años en Argentina y el tercero a escala global, solamente superado por Zimbabwe y Venezuela y por encima de potencias de la talla de Sudán, Irán, Liberia y Haití.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre marcó un alza de 3,7%, lo que llevó a la inflación a trepar hasta 53,8% a lo largo del año pasado, en lo que representó el dato más abultado desde 1991, cuando la hiperinflación de fines de los 80 daba sus últimos coletazos.
Además de ser extremadamente alta, la inflación registrada durante los dos últimos años del Gobierno de Macri tiene dos agravantes posibles: se produjo en un período de recesión de la economía y a pesar de un incremento descomunal de las tasas de intereses.
Para los pobres la inflación fue bastante más alta, porque los alimentos y los remedios fueron los rubros de mayor alza de precios, con subas anuales de 56,8% y 72,1% respectivamente y porque la inflación más alta del país se registró en el NEA, la región más pobre, donde el índice de precios aumentó 57,6%.
La ausencia hasta los últimos meses del mandato de Macri de medidas tendientes a contener el efecto de la suba de los precios en los sectores de menores ingresos que destinan prácticamente la totalidad de ellos a la compra de alimentos, hizo lo suyo para que el impacto social de la crisis golpeara sin atenuantes elevando los índices de pobreza e indigencia a niveles que no se registraban desde la salida de la megacrisis de fines de 2001.
La inercia generada por dos años consecutivos de inflación superior al 50% pospone cualquier posibilidad de reducción rápida de ese índice. Analistas proyectan para el próximo trimestre porcentajes de inflación que no difieren mucho al de diciembre. Argumentan que el pase a precios de la última devaluación todavía no se completó y que las primeras medidas adoptadas por el nuevo presidente Alberto Fernández para dar respuesta a la emergencia social –suba de impuestos y ampliación de la base monetaria- tienen un costado inflacionario. Este ya se puede apreciar con los aumentos detectados en lo que va de enero, principalmente en el rubro alimenticio, con un incremento del 3 por ciento en productos de la canasta básica.
Piedra en el zapato
La altísima inflación heredada es uno de los factores que limitan severamente las posibilidades de llevar adelante las medidas de reactivación del consumo que propuso Alberto Fernández, durante su campaña. Si bien el poder adquisitivo de los asalariados viene cayendo en picada en los últimos dos años, el nuevo gobierno entendió que revertir esa situación no era tan sencillo como simplemente “poner plata en los bolsillos de la gente” siguiendo el slogan de campaña.
El ministro de Economía Martín Guzmán y su equipo, saben que “darle a la maquinita” como recomendaron algunos líderes sindicales, podría reactivar el consumo en el cortísimo plazo, pero no demoraría casi nada en recalentar todavía más la inflación y todos terminarían perdiendo.
De allí que hayan optado por una redistribución de ingresos que solamente beneficia a los sectores más postergados a través de medidas como el bono para jubilados de la mínima, la suba de la AUH y la instrumentación de tarjetas sociales que, además, financie el costo fiscal de esas decisiones con un incremento de la presión impositiva que evitar ampliar por demás la base monetaria.
“La lógica del gobierno es que la transferencia de recursos a los sectores más bajos dinamizará su consumo en los primeros meses del año. Por su parte, la clase media y alta, solo incrementará su consumo en caso de encontrar facilidades de financiamiento, o a través del gasto de ahorros, en su mayoría dolarizados. En definitiva, esta variable podría encontrar un aliciente en los próximos meses, pero no iría de la mano de un marcado aumento del poder adquisitivo, pese al deterioro de los últimos dos años”, analiza un informe de la consultora Ecolatina difundido recientemente.
Esta lógica de beneficiar solamente a los sectores más necesitados está tensionando la relación con los sindicatos que esta semana fueron informados de la resistencia del Gobierno nacional a respaldar paritarias “desmedidas” y clausulas gatillo que terminen indexando la economía. Mientras tanto, crece la incertidumbre entre los jubilados que se quedaron temporalmente sin la movilidad de sus haberes, pero con aumentos fijados por el Gobierno que les permite recuperar algo de poder adquisitivo.
La pregunta que por estos días se hacen los economistas es si mejorar los ingresos de los sectores más humildes en un contexto en el que las clases medias siguen perdiendo poder adquisitivo, alcanzará para motorizar una reactivación.
Si bien la mejora orientada a los sectores más humildes tiene un efecto dinamizador de la economía porque los pobres destinan al consumo todo el dinero que cae en sus manos, el congelamiento de ingresos que recae sobre parte de los jubilados y el aumento impositivo al cual se enfrentará la clase media y alta (que tampoco experimentarán una mejora real de sus ingresos), son factores que ponen en duda si la política de ingresos emprendida es suficiente para reactivar el consumo y compensar la reducción del gasto esperable de otros sectores.
Mientras que en el otro gran tema que tiene que resolver el presidente como es el pago de la deuda externa, la actual directora gerente del FMI Kristalina Georgieva hablo este viernes de la interacción, a la que calificó de “constructiva”, que mantiene el organismo multilateral con el nuevo gobierno argentino con el que debe tratar el tema de la exuberante deuda que contrajo el anterior cuyos vencimientos de pago debe afrontar el actual.
La titular del FMI señaló: «Estamos de acuerdo con la necesidad de restaurar la economía y abordar el aumento de la pobreza, que ha afectado negativamente a muchos argentinos».
Además, confirmó que participará del seminario económico organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano, en el que también estará el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán.
En este contexto el dólar oficial terminó la semana de manera estable. La divisa estadounidense finalizó a $ 58 para la compra y a $ 63 para la venta. Así, figuraba en la pizarra del Banco Nación, que suele tener la cotización más baja del mercado. En tanto, el Dólar Nación Solidario, el dólar oficial más el 30 %, se mantiene en $ 81,90.
Por otro lado, el blue terminó la jornada en alza $ 76 para la venta. En cambio, el contado con liqui subió levemente y operaba a $ 81,78 vendedor. El MEP cotizaba a $ 79,89.
El riesgo país se mantuvo por debajo de los 1.900 puntos básicos como reflejo de las conversaciones del Gobierno con el FMI y las declaraciones de Georgieva. A las 15.21 horas del viernes, el índice que elabora JP Morgan llegaba a los 1.832 puntos básicos. Y la tasa de referencia se mantuvo en 50 por ciento, continuando la tendencia a la baja impuesta por el Banco Central.
#AlmentAR
También el viernes, con la presencia del ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo se presentó en Misiones la próxima entrega de 63 mil tarjetas alimentarias que inyectarán 325 millones de pesos por mes en la economía provincial que se suman a lo que el Gobierno provincial de Oscar Herrera Ahuad lleva adelante en el marco de la Ley de Emergencia Alimentaria. A partir del mes de febrero 63.607 tarjetas alimentarias se distribuirán entre 127.659 beneficiarios en el marco del plan Argentina Contra el Hambre que implementó el presidente Alberto Fernández.
Finalizado el acto en el que se presentó la tarjeta #AlimentAR el gobernador Herrera Ahuad reunió a los intendentes en un almuerzo en la Residencia Oficial, donde también estuvo el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo y los convocó a mantener la unidad del misionerismo como estrategia política, que tantos resultados positivos brindó en términos electorales y en términos de gestión.
Herrera Ahuad le pidió a los intendentes que centralicen todas las gestiones a través de la provincia, pedido que fue reforzado por el ministro nacional, quien aseguró que todas las gestiones se atenderán por el gobierno provincial, como una manera de acelerar los tiempos, unificar los pedidos y evitar que se pidan dos veces la misma obra o el mismo programa.
“La unidad nos ha mantenido en el gobierno por muchos años y nos ha permitido tener el resultado más abultado de todas las provincias el pasado 2 de junio”, dijo Herrera Ahuad a los alcaldes.
Emilio Juri – Periodista MOL
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