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Mario Borja, Mburuvichá de Tekoa Ka´a Kupe: “Preservar la lengua Mbya Guaraní es fortalecer la espiritualidad, la cultura étnica y el derecho a la tierra”

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Las lenguas indígenas en el mundo siguen desapareciendo a una velocidad alarmante y por diversas razones. El 2019, fue declarado el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) con el fin de llamar la atención sobre la pérdida de estas lenguas y la necesidad de conservarlas, revitalizarlas y fomentarlas en todos los niveles, tanto local, nacional e internacional.

En una entrevista con Mario Borja, líder político o Mburuvichá de la Tekoa Ka´a Kupe (significaría “guardianes de yerba”), comunidad indígena ubicada en el municipio de Ruiz de Montoya -sobre Ruta 7-, compartió con ArgentinaForestal.com  su visión sobre la importancia de preservar la lengua Mbya Guaraní y expresó sus preocupaciones frente a ésta pérdida de hablantes en los más jóvenes y niños de su cultura.

Asegura que los debilita y favorece a las situaciones de vulnerabilidad ante legítimos derechos, que van desde la ausencia de un diálogo participativo, de ser escuchados e integrados para la organización del contenido del dictado de las clases en escuelas bilingües y sus objetivos, hasta el avance sobre los recursos naturales en territorios de las comunidades indígenas como también la demora en la regularización de la tenencia del título de sus tierras, que por Ley Nac. 26.160 fueron demarcados y por Ley Prov 4000, reconocidos por el gobierno provincial.

Se escudan firmes en la Constitución Nacional, en el Artículo 75, inciso 17, una modificación en la constitución permitió que se le reconozca la preexistencia étnica y cultural de los Pueblos Indígenas en la Argentina, garantiza el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural, reconoce la personería jurídica de sus Comunidades, y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y regula la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano y asegura su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.

A partir de esta reforma constitucional, opera en la Argentina una sensible modificación en el ordenamiento jurídico nacional al reconocer la preexistencia étnica y cultural de los Pueblos Indígenas, con lo cual se asume como Estado plurinacional y pluricultural.

Mario Borja es uno de los líderes reconocidos por la lucha del Pueblo Mbya Guaraní. Nieto de Basilio Escobar, Opygua de la comunidad Ka’a Kupe que falleció a los 73 años en noviembre pasado. Su abuelo fue un gran luchador por los derechos indígenas, un líder espiritual para su comunidad. El joven descendiente heredó sus saberes ancestrales, su sabiduría, sus enseñanzas, y todo el conocimiento sobre los derechos de los Pueblos Originarios, tomó el compromiso y la misión de luchar por preservar su cultura étnica.


Ka’a Kupe es hoy una de las comunidades indígenas más organizadas en la provincia, con una superficie de más de 5 mil hectáreas, y en convivencia equilibrada con los propietarios de las tierras de una empresa privada que produce nuez de pecan para exportar.

El Mburuvichá Borjas defiende la educación y el monte. Su identidad y su casa. Su supervivencia presente y futura.

Su mayor lucha es la preservación de la lengua indígena a través de la educación como la forma de transmitir conocimiento y defensa de su idioma, ya que por medio de ello asevera que “se logra que se respete nuestra identidad, nuestra cultura, nuestras costumbres y tradiciones, se fortalece nuestra espiritualidad. No se trata solamente de enseñar y aprender a hablar en lengua guaraní”, explicó en la entrevista. “En la escuela bilingüe se tiene que dar espacio a que los integrantes de las comunidades indígenas participen y que las enseñanzas sean a nuestra manera, a nuestro tiempo. No es una cuestión del sistema educativo tradicional, ni solo de integración, es de respeto, de una forma de diálogo necesaria para que se nos escuchen y que lleve paz al Pueblo Guaraní”, sostuvo el joven líder.

“La lengua Mbya Guaraní es nuestro legado ancestral”

Con voz pausada, ante cada pregunta Mario Borjas se tomaba su tiempo para responder la entrevista, que buscaba en la propuesta dar a conocer su visión sobre lo que implica, en toda su dimensión, luchar por preservar la lengua Mbya, ya que la extinción de las lenguas es una problemática global de la cual las comunidades indígenas de la provincia no están exentas.

Con mucha insistencia, perseverancia y convicción, dicen que este hombre fue el que logró que el Estado construya una escuela satélite, en principio, para luego construir una Escuela núcleo intercultural bilingüe (N°657) dentro de la propia Tekoa.

Borjas es también uno de los referentes en el Aty Guasú, que sería la reunión “grande” del consejo de representantes de todas las comunidades donde buscan definir y discutir sus realidades y problemáticas, como también a fortalecer el espíritu de toda la Nación Guaraní. Tiene el reconocimiento internacional ante el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), y es coordinador internacional del Consejo Continental de la Nación Guaraní, por lo que su palabra es autorizada en el Pueblo Mbya Guaraní para describir su realidad y sus reclamos por la revaloración de la lengua indígena, de la territorialidad, por el cuidado de la naturaleza ante el avanzando desmonte y la contaminación de las aguas en su territorio.

“Mantener la lengua guaraní como idioma de nuestra comunidad es resguardar nuestra identidad cultural y etnia preexistente, es preservar un legado ancestral que es nuestro. Es real que hoy se va perdiendo de a poco el hablar la lengua guaraní, y nos preocupa. En Misiones usamos solo esta lengua, algunas veces hay quienes usan el guaraní mezclado con el castellano, y en algunas comunidades hay quienes hablan el guaraní paraguayo. Pero se nota que hay una pérdida de nuestra lengua, y esto como líderes del Pueblo Mbya nos preocupa, porque es una debilidad para trascender con nuestra cultura. A través de la lengua guaraní nosotros mantenemos la espiritualidad, bautizamos con los nombres tradicionales a nuestra gente, educamos a nuestros niños, trasmitimos nuestras costumbres. Pero cuando esto se pierde, se debilita todo. Es nuestra lengua lo que nos fortalece”, explica.

En Misiones se registran aproximadamente unas 120 comunidades indígenas. Mburuvichá Borjas lidera un grupo de 27 familias, son 118 personas que habitan en el territorio.

“Casi no quedan ancianos. Nos quedan pocos abuelos y abuelas hablantes, que eran siempre los que nos enseñaban sus conocimientos. Nos queda una sola abuela de más de 70 años y algunos abuelos más. Aunque sea poco, todavía tenemos quienes nos recuerdan las enseñanzas, el conocimiento está con nosotros. En mi caso, aprendí mucho de mis abuelos, para poder hoy llevar adelante a las comunidades Mbya Guarani, a las que tenemos que transmitir todo para preservar a través del tiempo nuestra lengua, que es una sola. Es un Mbya cerrado. Aquellas que hablan con una mezcla del guaraní paraguayo, es una mezcla que también consideramos es una pérdida de conocimiento de nuestra lingüística”, dijo. “Igual que cuando se habla con mezcla de castellano, en algunas comunidades se nota mucho más esto. Incluso, vemos que nuestros niños a veces empiezan el conocimiento del habla diciendo “papá” o “mamá”, cuando en nuestra lengua no es así”, relató. En Mbya, la palabra mamá se dice “Ha’i” y papá se dice “cheru”.



La mujer indígena, guardiana de la lengua

Al ser consultado sobre el rol de las mujeres en la enseñanza de la lengua Mbya, Borja indicó que una de sus luchas es lograr que tengan un espacio en las escuelas bilingües para enseñar con los niños y jóvenes algunas costumbres y tradiciones. “Hoy se avanza con el Estado en construir escuelas bilingües, pero esta situación necesita de mas participación y dialogo de las comunidades, de nuestro pueblo, de lo que nosotros queremos de la educación para nuestros hijos y jóvenes. Se viven muchas cosas y todo demasiado despacio. En algunas comunidades aun no hay escuelas satélites ni núcleo, como tenemos nosotros, pero en otras sí”, describió Borjas.

“Entendemos que es importante la educación de las escuelas, pero siempre y cuando, como autoridad del Pueblo Mbya Guarani, lo que pedimos es tener intervención concreta para llevar adelante la enseñanza, transferir saberes y nuestra forma de vida. Esto aun es difícil de lograr, no somos escuchados como necesitamos, para el acompañamiento que nosotros necesitamos del Estado. Queremos que las escuelas bilingües tengan más participación de las comunidades, porque no se trata solo de enseñar un idioma, sino de transferir conocimiento, costumbres, culturas que es nuestra, que nosotros vivimos”, recalco el líder guaraní.

Además de avanzar con un grupo de docentes indígenas, consideró que se debe incorporar a integrantes de la comunidad. “Los docentes hablan el idioma o saben enseñar el idioma, pero no es lo mismo. Aun tenemos pocos docentes Mbya Guarani que son los que pueden enseñar los saberes de la comunidad. Por ello, para revalorizar la lengua indígena, necesitamos ser más escuchados y ser parte de la política educativa que se lleva adelante, de para qué y por qué hacemos esto. Que sepan cual es nuestro pensamiento sobre la educación, a que apuntamos, como podemos contener a los chicos que terminan la primaria, y después en el secundario, porque después no saben cómo seguir, no tienen acompañamiento ni contención suficiente. Los chicos se sienten perdidos en su cultura, en su idioma. No se animan hablar en su lengua, ya que los espacios que deben ocupar no están preparados para incluir a un joven Mbya. No es sencillo si son chicos tímidos, o no están valorizados o bien acompañados. La parte educativa tiene que tener en cuenta que además de la primaria, el Pueblo Indígena necesita la secundaria. Aún no hay acompañamiento en esto como se necesita desde el Estado”, expresó el Mburuvichá Borjas.

Monte, agua y tierra, su vida

La pérdida del bosque y la regularización de la titularidad de sus tierras, una superficie de más de 5.637 hectáreas en Ruiz de Montoya, son otras de las preocupaciones y principales luchas. Lograr la instrumentación de la ley Prov. 4000 en Misiones les brindaría una herramienta importante para preservar su derecho al territorio, así como el derecho a contar con un sistema de salud basado en su propia cosmovisión y saberes ancestrales.

Sobre los desmontes en sus tierras, Borjas sostuvo que hoy presencian cuando se llevan la madera. “Esto nos afecta porque es nuestra casa, nuestra protección de nuestros alimentos y vertientes de agua. Nosotros cuidamos el monte, para nosotros significa vida, lo que para otros es dinero”, expresó.

Respecto al agua, sostuvo que les preocupa la contaminación que por las actividades productivas de la zona se ven afectadas por agroquímicos o herbicidas. “A veces los productores de la zona no cuidan y ponen en riesgo las vertientes”, dijo Borjas.

En cuanto a sus tierras, demarcada por la Ley Nac. 26.160, esperan que se avance en el proceso de titularización. Tienen dialogo y buena convivencia con el privado, propietario de la empresa Carba –productora de nueces de pecan- que escucha a la comunidad sus planteos e inquietudes sobre el cuidado de los bosques en el territorio. “Hay buen diálogo”, sostiene el Mburuvichá.

Para Borjas, la defensa de la tierra está unida a la lucha por preservar la lengua guaraní en la provincia. “Todo es parte de defender nuestra cultura. Se transmite y se enseña a los niños y jóvenes a hablar en Mbya, para preservar nuestro idioma y fortalecer nuestro pueblo con derechos que existen y que son preexistentes. El Estado debe acompañarnos y apoyarnos para poder lograr revalorizar la lengua guaraní, eso es importante en las comunidades. Hoy estamos vulnerables ante muchos de nuestros derechos, no podemos proteger el monte, luchamos por el derecho del título de nuestras tierras, por nuestra salud, nuestra educación. Necesitamos proteger a nuestra gente y fortalecer su espiritualidad, para que nuestros jóvenes sientan orgullo de su cultura ancestral guaraní, no vergüenza por hablar guaraní. Necesitamos que la lengua guaraní sea reconocida y protegida por el Estado misionero, que sea  fuerte y estemos todos orgullosos de preservarla”, concluyó el líder guaraní.

 

 

 

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest

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