Las vacantes son poco menos de 50. El sueldo al ingresar es de 34 mil pesos. La convocatoria al curso de capacitación iba a durar hasta el martes, pero por la gran demanda cerró después del mediodía.
Casi diez cuadras completas de jóvenes con carpetas y folios entre sus ropas de abrigo. Una fila que llegó a los mil metros para entregar los datos que podrían abrirle las puertas a un trabajo que, en principio, no tiene gran atractivo: se presentan para ser guardiacárceles en el penal de Olmos, uno de los más antiguos y poblados del sistema carcelario provincial.
La convocatoria fue para cubrir algo más de 40 vacantes en ese complejo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que aloja a 3.000 presos peligrosos. Desde la madrugada y -en algunos casos- desde las últimas horas de anoche, por lo menos dos mil aspirantes esperaron para acceder por los portones de 197 y 48, uno de los ingresos al sector administrativo del penal, para dejar la documentación que exigen las autoridades.
El llamado a ocupar vacantes se hizo la semana pasada. Es para hombres y mujeres de entre 19 y 34 años que tengan residencia en el partido de La Plata. Iba a ser para lunes y martes, pero por la gran demanda del primer día cerraron el listado de aspirantes pasado el mediodía de este lunes. En total llegaron a inscribirse 1.300 aspirantes.
¿Vocación o necesidad? La respuesta es casi unánime cuando se recorren algunos metros de la extensa espera. “Es una chance para conseguir un laburo fijo”, admitió Esteban J. (22), quien llegó desde Los Hornos, antes del amanecer y estaba a punto de entrar al penal.
“No sé si me gusta esto, pero tengo que trabajar y por ahí tengo suerte”. La reflexión corresponde a Marina (19), mientras repasa todas las planillas que completó de los formularios.
El proceso para calzarse el uniforme de guardia en una unidad carcelaria llevará casi un año. Después de la preselección por revisión de la documentación presentada (es obligatorio el secundario completo y un certificado de reincidencia, entre otras) habrá una prueba médica, psicológica y deportiva.
En dos meses, comenzará una primera etapa de formación teórica y práctica que incluye conceptos legales, sobre derechos humanos y funcionamiento del sistema. También los primeros contactos con las armas y prácticas de defensa personal.
Aprobada esa instancia (que se realiza en las academias que el SPB tiene en La Plata) se pasa al período de “inducción practica en la unidad”. O sea, empiezan a trabajar en su futuro lugar de permanencia entre 6 y 8 meses antes de quedar fijo en el puesto.
“Claramente hemos superado nuestras expectativas en este proceso de búsqueda y selección para guardias del escalafón general. en los últimos años elevamos considerablemente el perfil de capacidades requeridas para mejorar la calificación general de los integrantes del SPB”, dijo a Clarín el jefe de esa institución, Xavier Areses. La obligatoriedad del secundario y las capacitaciones previo al tomar el cargo son parte de esas nuevas exigencias impuestas desde el ministerio de Justicia bonaerense.
El funcionario reconoció que la situación laboral influyó en la masividad de la respuesta. “Los jóvenes ven una posibilidad concreta de trabajo, pero también influyó las condiciones de apertura que se han registrado en el SPB y un proceso de transparencia interna que hemos impulsado”.
Por supuesto, también resulta un atractivo el punto económico: al momento de ser anotados como aspirantes; después de superar las pruebas el agente en formación comienza a cobrar 34 mil pesos de bolsillo. Puede hacer carrera dentro del escalafón y lograr ascensos cada tres o cuatro años. O pasar al área de oficiales, donde pueden escalar a lugares de conducción en la fuerza.
En Olmos no hay pabellón ni unidad carcelaria para mujeres. Sin embargo, casi la mitad de los que se anotaron son chicas. “Es que se han reducido notablemente las brechas de género dentro de la institución. Hoy casi todas las actividades pueden hacerla hombres o mujeres”, aclaró Areses.
Menciona algunas: en Olmos podrían actuar en los sectores de control externos o en los grupos especiales de actuación en situaciones de emergencia. Pero Areses ilustra con otro dato: el complejo de Olmos (que incluye además de la Unidad 1, otras prisiones) está manejado por una inspectora mayor: Norma Puccia está al frente de la conducción desde mediados de 2018.
Tiene a su cargo 510 penitenciarios (385 hombres y 125 mujeres) para manejar, controlar y supervisar a 3.008 alojados. De ese universo, 1.650 practican deportes; 766 trabajan en talleres y 1300 asisten a las aulas de primaria, secundaria o la universidad.
(Fuente: Clarín)
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