El chofer Centeno filmó y fotografió a su jefe cuando les pedía coimas a las empresas. Juan Carlos de Goycoechea reconoció al funcionario de De Vido en una imagen tocando el timbre de su oficina.
El remisero que transportó millones de dólares de la corrupción K en bolsos, Oscar Centeno, no solo anotó los detalles de esas travesías alucinantes en cuadernos anillados. También le sacó fotos y grabó en video a su jefe, el ex funcionario relevante Roberto Baratta, mientras pedía y se llevaba el dinero de las oficinas de empresarios.
Las pruebas del “caso cuadernos” exceden a las anotaciones del chofer del ministerio de Julio De Vido.
El expediente es una investigación judicial de siete meses, que logró recolectar muchas pruebas que exceden por mucho a los textos redactados por el remisero meticuloso e incluso a la declaración formal de Centeno ya como “arrepentido”.
El viernes, uno de los detenidos en la causa por orden del fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio llegó a los tribunales junto a su abogado y decidió también a acogerse a la figura legal llamada en la jerga jurídica como “imputado colaborador” o, en la de la calle, como “arrepentido”.
Se trata de Juan Carlos de Goycoechea, el ex director de una multinacional de la construcción y la energía llamada Isolux Corsán.
Esa empresa, con sede en España, ganó multimillonarios contratos con la gestión K y también hizo negocios vinculados al Estado con una compañía de la familia del presidente, Mauricio Macri.
Según fuentes que conocen la trastienda de la investigación sobre “el circuito de distribución de los bolsos”, tal como llamó el remisero escritor a sus viajes junto a Baratta, Goycoechea decidió enfrentar los infortunios judiciales pero como “arrepentido”.
Se trata del primer empresario “imputado colaborador” de la historia de la Argentina que se acoge a esa figura para confesar delitos pero ayudando a la Justicia, por lo que obtiene a cambio un beneficio en su situación procesal.
Goycoechea no solo le ratificó al fiscal Stornelli que era cierto que él, pero en nombre de la empresa que dirigía, Isolux Corsán, le había pagado coimas a Baratta.
Pero sobre todo reconoció que Centeno no solo seguía inscribiendo sus vivencias en los cuadernos, sino que también tomó imágenes de algunos de los momentos del reparto del dinero.
El ex directivo de Isolux Corsán le aseguró a la Justicia que una de las fotos que el remisero le sacó a Baratta mientras esperaba por el pago de un soborno era una imagen absolutamente cierta. La puerta a la que el funcionario había llegado con un bolso es el domicilio de su estudio de abogados, dijo el empresario.
De Goycochea fue despedido de Isolux Corsán acusado de cometer irregularidades con el dinero de la compañía.
Tal como pudo reconstruir Clarín, el ex directivo empresarial le afirmó a la Justicia que la oficina central ubicada en España era la que ordenaba que las coimas sean entregadas a Baratta.
De Goycochea, como Centeno, confesaron ante el fiscal y el juez que fueron parte de la red de reparto de dinero “negro” que se instrumentaba por orden de Baratta.
La mayoría de los detenidos no conoce bien cuáles son las pruebas en su contra que se tramitan en un expediente que quema y quemará, y que por estas horas está bajo secreto de sumario.
Anotaciones, fotos, geolocalización de celulares, entrecruce de llamadas de teléfonos, registros oficiales de entradas y salidas de la Quinta de Olivos. Todas esas pruebas, y más también, decidieron a Stornelli y Bonadio a avanzar en el caso.
En el máximo secreto, prepararon detenciones durante la madrugada del miércoles.
Los empresarios presos quedaron en shock.
Los ex funcionarios, también.
Sobre todo uno, el ex subsecretario Legal y Técnico de de la gestión De Vido en el ministerio de Planificación Federal, Rafael Llorens.
El nuevo arrepentido le suma aún más material, y dramatismo, a la espera del resto de los presos.
Centeno no solo escribía.
Sacaba fotos y filmaba, cuando podía, los momentos del reparto de los bolsos.
Ya no lo dice ni el fiscal, ni la prensa, o la oposición.
La foto que ilustra esta nota e impactará entre los empresarios y ex funcionarios ya presos por el caso, y entre los imputados que fueron citados a declaración indagatoria.
La imagen de Baratta parado frente a la puerta del estudio jurídico de De Goycoechea, confirmada como cierta por el propio protagonista, abre aún más dudas sobre cómo y a quiénes puede afectar esta causa.
¿A qué otros hombres del poder político y empresario filmó el chofer sin que nadie se diera cuenta?
El 13 de agosto declarará en indagatoria frente a Bonadio la ex presidenta y actual senadora Cristina Kirchner.
Para el fiscal y el juez, fue ella quién lideró, tras la muerte de su esposo, a una asociación ilícita que se dedicó a cobrar coimas, entre otras tropelías, siempre ayudados por los contratos del Estado para hacer crecer sus finanzas.
Las pruebas que obtuvieron Stornelli y Bonadio -dicen fuentes de tribunales- son muy sólidas.
El caso empezó el miércoles pasado, es decir, hace solo cinco días.
Hay una docena de empresarios y ex funcionarios presos. De mucha ascendencia.
De Goycoechea, abogado, entendió que los hechos y las pruebas se habían acumulado de tal forma en los tribunales que la única salida con menos daño procesal para él era declarar como “arrepentido”.
Ya lo hizo el viernes por la noche. Admitió que él mismo pagó coimas a Baratta.
Hay fotos del ex funcionario tocando a la puerta de su oficina. ¿Qué otras pruebas puede sorprender al resto de los ex funcionarios y a los empresarios privados imputados en este caso?Centeno está libre, pero bajo la protección del Programa de Protección de Testigos.
El ex directivo de Isolux Solás debe esperar ahora que el juez Bonadio homologue su acuerdo con el fiscal para ser una “arrepentido” oficial.
¿Puede haber más empresarios que quieran confesar y que su declaración indagatoria sea ya como en calidad de “imputado colaborador”?
Sí, responden las fuentes vinculadas a la causa. Es muy probable que haya más arrepentidos en esta trama que se va revelando, de a poco, pero con una dinámica imposible de prever, al ritmo de los registros manuscritos, filmados y fotografiados de Centeno.
“Mi memoria, señor, es como un vaciadero de basura”.
El textual es de un cuento de Jorge Luis Borges.
Se titula “Funes el memorioso”.
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